Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


El comercio en la relación México, EEUU y Canadá

  • Autores: María Cecilia Costero
  • Localización: Política exterior, ISSN 0213-6856, Vol. 32, Nº 184, 2018, págs. 100-107
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Con unas dinámicas económicas eclipsadas por la personalidad del presidente de EEUU, los gobiernos estatales se han convertido en actores fundamentales de la relación bilateral.

      Repensar las relaciones internacionales de México se ha convertido en una urgencia en la recta final de esta segunda década del siglo XXI. No solo porque México tiene firmados 12 tratados de libre comercio, con acuerdos preferenciales con más de 46 países del mundo, sino también debido a las respuestas de los gobiernos de algunos Estados mexicanos a los impactos de las tendencias globales en sus territorios.

      La revisión ha sido planteada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien desde el inicio de su mandato dejó claro que el lema Make America Great Again contenía, además de sus tintes proteccionistas, un giro a los conceptos tradicionales de seguridad nacional. Así, Trump apeló a la seguridad nacional en su veto migratorio a siete países musulmanes (Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen). En su objetivo de fortalecer la frontera sur de EEUU, el presidente mantuvo un discurso de confrontación, responsabilizando a México del paso de inmigrantes ilegales procedentes tanto del país como de Centroamérica hacia territorio estadounidense. Trump no solo quiso restringir la llegada de musulmanes a EEUU, sino que puso en marcha medidas en materia migratoria que perjudicaban a los latinos, aunque fueran trabajadores legales dentro de EEUU. Desde su llegada a la Casa Blanca, se llevaron a cabo deportaciones y separaciones de menores de sus padres. Asimismo, se ha intentando poner fin al programa DACA, aprobado durante la administración de Barack Obama, destinado a regularizar a unos 750.000 jóvenes indocumentados que llegaron a EEUU en la infancia. Pese a que en los últimos años el número de inmigrantes ilegales de México que llegan a EEUU ha disminuido, la inmigración ilegal representa en este país el 52% del total, según el Pew Research Center. Las remesas que estos mexicanos envían a México podrían superar los 30.000 millones de dólares en 2018.

      En materia comercial, una de las primeras medidas de Trump fue la retirada del Acuerdo Transpacífico (TPP, en inglés), poniendo fin a una iniciativa que pretendía reunir a 12 países del Pacífico –entre ellos México, que apoyó la medida durante el sexenio de Enrique Peña Nieto – como un bloque de contrapeso a China en el escenario asiático. También desde los primeros días de su mandato, Trump advirtió que daría por finalizado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, en inglés), aunque posteriormente se habló de su renegociación o posible modernización.

      ¿Ganadores y perdedores? Lo que muestran los datos del Nafta desde su entrada en vigor en 1994 es que el intercambio comercial entre sus miembros –México, EEUU y Canadá – se ha triplicado. En 2017, el dinamismo exportador de México ha superado al de sus vecinos de Norteamérica. Las principales inquietudes de México en estos 24 años del acuerdo han sido en torno a cuestiones de seguridad nacional, comercio y energía, así como por la necesidad de repensar el proceso de integración norteamericano.

      La inserción de México en los mercados internacionales se profundizó en 1994 con la firma del Nafta, que supuso el desarrollo de nuevas alternativas de industrialización, una disminución arancelaria y la ampliación del comercio con el exterior. Para responder a los desequilibrios internos, el gobierno mexicano buscó en la liberalización económica y comercial una respuesta que priorizaba la estabilidad macroeconómica y el mantenimiento de inversiones que, en esos años, podían dirigirse a Europa del Este, región percibida como la principal competencia en flujos de capital tras la caída de la Unión Soviética. Por tanto, para México se trataba de contrarrestar el proteccionismo estadounidense y formalizar el proceso de integración económica, al tiempo que se insertaba al país en las tendencias globales.

      Si bien es cierto que el Nafta ha generado beneficios e inconveninentes, estos se han concentrado de manera desigual en tres tipos de mercados. En el externo, el tratado ha permitido a México modernizarse y atenuar los vaivenes cíclicos de su economía. Para los sectores formales, vinculados al mercado interno, la liberalización ha significado un retroceso en cuanto a su potencial de crecimiento y generación de empleo. Para los sectores informales de la economía, ha constituido una vía de expansión, incrementando su peso y convirtiéndose en estabilizadores del ciclo económico. Para EEUU, el Nafta ha permitido ampliar su hegemonía económica y comercial mediante presencia empresarial e inversiones de capital. Para Canadá, significó “redescubrir al vecino del vecino” en sectores estratégicos. EEUU y Canadá, por su parte, ampliaron a través del Nafta el acuerdo de libre comercio que habían firmado en 1989.

      En este escenario, las regiones y ciudades, sobre todo en México, comenzaron a competir en inversiones, mercados y facilidades. Para ello, pusieron en marcha coaliciones, incorporaron la actividad de los gobiernos subnacionales y promovieron la dinamización de los grupos empresariales, partidos políticos y organizaciones no gubernamentales. Se trataba de dar una respuesta territorial, profundamente determinada por factores culturales, institucionales y políticos, frente a los fenómenos globales…


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus

Opciones de compartir

Opciones de entorno