Vivimos un momento insólito. Si bien gran parte del siglo XX estuvo teñido por un Occidente optimista y un Oriente pesimista, parece que el ánimo se invierte a medida que nos adentramos de manera acelerada en el siglo XXI. ¿A qué se debe esta mutación? El presente artículo postula que este cambio se explica por tres revoluciones estructurales que han transformado en esencia el mundo en que vivimos. Las sociedades que se ajusten y se adapten a estos cambios triunfarán y prosperarán. Las que no lo hagan, se deslizarán gradualmente hacia un remanso de la historia. Las tres revoluciones estructurales las inició, de un modo u otro, Occidente.
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