En este artículo se muestra cómo la tasa de desempleo en España es, con diferencia, una de las más elevadas de Europa. La reforma laboral de 2012 ha tratado de eliminar algunas de las rigideces de nuestro mercado de trabajo, aunque con un éxito moderado por el momento. Una adecuada valoración del impacto de la inflación en los salarios nominales, conocida tanto por los empleadores como por los empleados y sus representantes, podría haber servido para mitigar la destrucción del tejido empresarial y, por tanto, de empleo, en estos años posteriores a la crisis financiera.
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