En las democracias, el poder se obtiene a través de la competencia.
Sin embargo, a medida que las mujeres acceden a los parlamentos en números record, la colaboración mundial parece estar en alza. ¿Por qué las mujeres son más propensas que los hombres a colaborar? Argumento que, como las mujeres tienen un acceso limitado al poder político formal e informal, colaboran más que los hombres para influir en la elaboración de políticas públicas. A pesar de que todas las mujeres tienen un incentivo para colaborar para superar su estatus marginal en las legislaturas y obtener poder político, la colaboración de las mujeres varía porque no todas tienen los mismos incentivos electorales ni las mismas oportunidades institucionales para colaborar. Usando evidencia de 200 entrevistas con políticos y políticas de Argentina y una nueva base de datos sobre 23 congresos subnacionales argentinos a lo largo de 18 años, muestro que la colaboración de las mujeres es más probable donde los líderes partidarios ejercen poco control sobre el comportamiento de los legisladores y la colaboración de las mujeres crece cuando las mujeres representan una mayor proporción de la Cámara. En comparación, en distritos donde los líderes partidarios ejercen mucho control sobre el comportamiento de los legisladores, las mujeres tienen solo una probabilidad marginalmente mayor que los hombres de colaborar con otras mujeres y su propensión a hacerlo disminuye cuando las mujeres representan una mayor proporción de la Cámara
In democracies, power is obtained via competition. Yet, as women gain access to parliaments in record numbers, worldwide collaboration appears to be on the rise. Why are women more likely than men to collaborate? I argue that as women have limited access to formal and informal political power, they collaborate more than men to influence policy-making. Despite that all women have an incentive to collaborate to overcome their marginalized status in legislatures and to attain political power, women’s collaboration varies because not all women have the same electoral incentive or institutional opportunities to collaborate. Using evidence from 200 interviews with politicians from Argentina and a novel dataset from 23 Argentine legislative chambers over an 18-year period I show that women’s collaboration is most likely to unfold where party leaders exercise little control over legislative behavior and women’s propensity to collaborate increases when they comprise larger proportions of the chamber. By comparison, in districts where party leaders exercise more constraint over legislators’ behavior, women are only marginally more likely than men to collaborate with other women and their propensity to do so decreases when women comprise a larger share of the chamber
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