La seguridad y la defensa han sido un tabú desde el comienzo de la integración europea. Esto no ha sido obstáculo para que la UE sea un actor global con importante intereses y proyección en muchas áreas. No obstante, ha sido incapaz para proyectar su poder y hacer frente a las amenazas a su propia seguridad. Este ensayo analiza la Política Común de Seguridad y Defensa y aborda las limitaciones que le impiden convertirse en efectiva herramienta al servicio de la política exterior europea. La primera de naturaleza política a favor de una política atlantista. Y otra jurídica, del artículo 42 TUE que impide un mayor desarrollo de la PCSD. Los cambios en el escenario global como la llegada de Donald Trump, la actitud desafiante de Rusia y la inestabilidad en el Mediterráneo fueron decisivos para el relanzamiento de la política de defensa europea. Desde entonces, se han logrado avances importantes como el establecimiento de una cooperación estructurada permanente. Ahora bien, hace falta aún una nueva dirección estratégica y un compromiso permanente entre los Estados para superar las limitaciones estructurales (políticas y jurídicas) y establecer objetivos ambiciosos para conseguir una UE fuerte capaz de hacer frente a los desafíos globales.
Security and defense have been taboo subjects since the beginning of the European integration project. While this has not been an obstacle for the EU to become a global actor with important interests and impact in a variety of areas, it has been unable to project its power and face threats to its own security. This essay will analyze the Common Security and Defense Policy of the EU and will tackle the limitations that impede it from becoming an effective tool for European foreign policy. The first limitation is a political one in favor of an Atlantic policy. The second is the legal limitation of article 42. TEU that limits a further development of the CSDP. Recent developments in the global arena, such as the arrival of Donald Trump, Russia's defiant attitude and instability in the Mediterranean were decisive for the re-launch of the European Defense Policy. Since then, many important steps have been achieved, such as the establishment of the Permanent Structured Cooperation (PESCO). However, it needs a new strategic direction and a permanent commitment from Member States to overcome the structural limitations (political and legal) and to set ambitious objectives to achieve a strong EU that is able to confront global challenges.
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