Las enormes moles de las Cuatro Torres del Paseo de la Castellana, a las que en los últimos meses se están sumando los trabajos de construcción de una quinta, han dejado empequeñecidos al resto de edificios del entorno, entre ellos algunos de los más antiguos del lugar. Cuando ese tramo de Castellana era todavía la entrada a Madrid por la Carretera Nacional I, procedente de Hendaya y Burgos, se instalaron en una de sus márgenes 830 viviendas destinadas a personal de la Empresa Municipal de Transportes, que todavía subsisten.
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