El 30 de noviembre el ejército francés llega cerca de Zaragoza y se prepara para tomarla. Desde agosto, los zaragozanos trabajan en su defensa y saben, por la experiencia del primer sitio, que la guerra de casas es un sistema de resistencia muy poderoso, por lo que, sacrificando toda conveniencia personal, se aprestan a defenderla y la convierten en una vasta ciudadela. Los franceses también han aprendido del sitio anterior y plantean desde el primer día un asedio riguroso. El 27 de enero de 1809 se produce el asalto tras una dura preparación artillera. Una vez dentro de la ciudad, comienza la guerra de minas y casa por casa, en la que los franceses van descubriendo que cada edificio es una fortaleza y cada calle un reducto, que con lentitud pero paulatinamente, y a base de mucho esfuerzo, irán ocupando a pesar de la enconada resistencia de los españoles.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados