5 de abril de 1952: se aprueba la primera fase del Plan Badajoz. El régimen franquista pone en marcha un conjunto de inversiones con la esperanza de transformar una de las regiones más castigadas por la guerra y su posguerra, en la tierra que mana leche y miel.
Se construyen presas, canales, acequias, carreteras y pueblos enteros, y a cada colono se le proporciona una vivienda, parcela, yunta, aperos y animal de tiro. Se producen desplazamientos masivos desde las comarcas de La Siberia o La Serena a las Vegas del Guadiana.
Analizamos sesenta años después aquella profunda trasformación desde puntos de vista tan dispares como el cambio paisajístico, el medioambiental, el económico o el demográfico.
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