Dios no es un tema más del conocimiento humano, un objeto junto a otros. El tema “Dios” no se resuelve en el plano metodológico, sino en el plano personal-existencial. La actitud cognoscitiva ante Dios determina en buena medida la propia existencia humana y el propio modo de conocer.
Gran parte de la modernidad abandonó la revelación como vía de acceso a Dios, y se cerró dogmáticamente ante toda posibilidad de trascendencia.
Esta fractura entre fe y razón, abierta y ampliada a lo largo de siglos, constituye un elemento fundamental y un marco de referencia del pensamiento actual. Permite vislumbrar el origen de la dificultad para abrirse cognoscitivamente a Dios y el desconcierto –a veces con tonos angustiosos– ante una realidad de la que poseemos mucha información, pero cuya comprensión y sentido se nos escapan continuamente. Sin Dios, la persona –sostiene Guardini– no se entiende a sí misma ni entiende el mundo existencial que habita.
Por eso propone una conversión cognoscitiva, una nueva ejercitación en el cristianismo que permita hoy a la persona, a través de un conocimiento vivo, no abstracto, recuperar su contacto personal con la realidad.
God is not just one more concept or object of human knowledge among many. The concept of God is not determined by a rational procedure, but in a real, existential and personal way. The cognitive approach to understanding God determines the human existence and one’s own way of understanding. A big part of the modern society has abandoned revelation as a way of access to God and denied completely any kind of transcendent, supernatural understanding.
This fracture between Faith and Reason, opened and increased throughout the centuries, constitutes the fundamental element of modern thought. It permits us to have a glimpse of the root of the problem about the difficulty of being open to knowing God and the confusion –sometimes anxious– of confronting a reality about which we possess much information, but whose comprehension and grasp continually eludes us. Without God, –Guardini says– a person doesn´t understand himself or the existential world which we inhabit. That is why Guardini proposes a conversion of knowledge, a new exercise of Christianity that allows the person today, through a lifetime of knowledge, not abstractly, to recover personal contact with objective reality.
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