Nunca en su historia Alemania había experimentado tal devastación como la que dejaron en sus ciudades los bombardeos aéreos al final de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de su magnitud, prácticamente no hay fuentes que hablen sobre este desastre, y su ausencia de la memoria histórica alemana resulta inquietante. Pensadores como Enzensberger (2013) y Sebald (2003) han formulado respuestas que la explican. A partir de sus reflexiones, el presente artículo pretende leer dos testimonios sobre este periodo, Ningún lugar adonde ir, del lituano Jonas Mekas, y El daño oculto, del irlandés James Stern, con el objetivo de indagar la naturaleza de dicho silencio, bajo la hipótesis de que mientras ambos autores contemplaban la destrucción, también atestiguaban la construcción de un olvido deliberado
Germany had never experienced such devastation as the one that the air raids left in its cities at the end of Second World War. Despite its magnitude, there are almost no documentary sources that deal with this disaster, and its absence in German historic memory is disturbing. Thinkers such as Enzensberger (2013) and Sebald (2003) have built theories that analyze this phenomenon. From their reflections, the current paper pretends to read two testimonies of this period, I Had Nowhere to Go, by the Lithuanian artist Jonas Mekas, and The Hidden Damage, by Irish writer James Stern, with the purpose of understanding this silence, with the hypothesis that as both authors looked the destruction, they also witnessed the conformation of an intentional oblivion.
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