As a science of description, before becoming a discipline dedicated to analyze the spatial expressions of social processes, geography has tried to embrace the reality of territories through various tools, among which we can highlight both painting and cartography. However, the search for reality stumbles on the forms and techniques of representation of space that remain encapsulated in societies, groups or cultures whose members, each according to their personal and collective capabilities, give a particular meaning to the world that surrounds them. With his absurd 1/1 scale map, Jorge Luis-Borges questions the fundamental relation established between the sign and the thing, between reality and its representation, emphasizing the necessary distance that we must interpose between both terms to be able to interpret the world - that is, to think critically. In this sense, such as the philosophical truth mocked by Nietszche, reality is not a fact but a process, that is to say, a social construction based on the subjectivity of its own actors.
Como ciencia de la descripción, antes de volverse una disciplina dedicada a analizar la expresión espacial de los procesos sociales, la geografía ha tratado de abrazar la realidad de los territorios por medio de varios instrumentos entre los cuales podemos destacar tanto la pintura como la cartografía. Ahora bien, la búsqueda de dicha realidad tropieza con las formas y técnicas de representación del espacio que siguen encapsuladas en sociedades, grupos o culturas cuyos miembros, cada uno según sus capacidades personales y colectivas, dan un sentido particular al mundo que los rodea. Con su mapa absurdo a escala 1/1, Jorge Luis-Borges pone en tela de juicio la relación fundamental que se desarrolla entre el signo y la cosa, entre la realidad y su representación, haciendo hincapié en la distancia necesaria que debemos interponer entre ambos términos para poder interpretar el mundo – o sea para pensarlo de manera crítica. En este sentido, tal como la verdad filosófica de la cual Nietzsche se burlaba, la realidad no es un hecho sino un proceso, es decir una construcción social basada en la subjetividad de sus propios actores.
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