La sal es indispensable en preparación y conservación de los alimentos, pero también es la materia prima para múltiples industrias y para un sinfín de aplicaciones, que van desde el curtido de pieles a la eliminación del hielo en las carreteras. Aunque el uso más importante en la historia de la humanidad ha sido el salado de los alimentos para su consumo y conservación, actualmente la industria química, especialmente la del cloro-sosa y sus derivados, es el principal consumidor. También se utilizan cantidades importantes en otras industrias, en el deshielo de carreteras y en tratamiento de aguas. La producción de sal y las industrias que la utilizan se entrelazan de tal forma que su participación en unos u otros procesos ha dado lugar a la apertura y cierre de minas y salinas, en función de la demanda y de la localización relativa de productores y consumidores.
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