Una semana después de haber aprobado sus Presupuestos y garantizarse poder agotar la legislatura, Mariano Rajoy se ha convertido en el primer presidente derrotado en una moción de censura. Un éxito político para un Pedro Sánchez al que el establishment de su partido llegó a defenestrar para investir a Rajoy y que regresó a la Secretaría General con un amplio apoyo de la militancia socialista. Sánchez tiene ahora el desafío de desbloquear la agenda social vetada por el PP, consensuar una fecha para las elecciones y entenderse con los independentistas sin alimentar la feroz oposición que ya preparan Rajoy y Albert Rivera.
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