A punto de cumplirse sus primeros cien días de vida, en el Gobierno ya empieza a quedar claro quiénes son los que marcan las principales líneas políticas, los que han pecado de imprudentes y han tenido que rectificar algunas de sus iniciativas y los que están pasando de puntillas, sin marcar perfil político. Entre los primeros está una Carmen Calvo que tiene la última palabra en los asuntos de calado que están pasando por el Consejo de Ministros; entre los imprudentes aparece una Dolores Delgado a la que el 'affaire Llarena' ha dejado tocada; y entre los 'desaparecidos', llama la atención el papel de una Nadia Calviño que no está dibujando el relato económico del Gobierno.
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