Juan Francisco Sánchez Muñoz-Torrero, F. Pérez Reyes, C. Martín Ruiz, C. Ortiz Descante, J.M. Saponi Cortés, T. Sánchez Sánchez, Alberto Costo Campoamor, I. Ojeda García Escribano
Introducción. A pesar de las recomendaciones de vacunar anualmente contra la gripe a todos los ancianos y personas con diversas enfermedades crónicas, éstas no se cumplen. Hemos analizado el grado de utilización de la vacunación antigripal en la temporada 2000/2001 en pacientes mayores de 65 años con patologías crónicas de alto riesgo y su eficacia en cuanto a evitar ingresos hospitalarios por descompensación cardiorrespiratoria, reducir el número de consultas a su médico de Atención Primaria y días e ingreso hospitalario en un estudio casos/control en el servicio de Medicina Interna del Hospital de Cáceres.
Pacientes y métodos. Se estudiaron 227 pacientes mayores de 65 años con enfermedad cardiorrespiratoria crónica, diabetes, insuficiencia renal crónica, hepatopatía, neumonía previa u otras causas de inmunosupresión. De ellos, 116 ingresaron por descompensación cardíaca o respiratoria (casos) y 99 pacientes seguidos en consultas externas que no ingresaron este año (controles), con características clínicas similares. A todos se les realizó un cuestionario que incluía características demográficas y de su enfermedad de base, se agruparon según el número de enfermedades subyacentes (una, dos o más), si había recibido la vacunación antigripal correcta, número de consultas a su médico de familia ese año por infecciones respiratorias, ingresos el año anterior y, en caso de ingreso, días que permaneció ingresado.
Resultados. La edad media fue de 71 años, el 63% había ingresado el año anterior. El porcentaje de vacunados fue del 60%, la vacunación fue más empleada en los mayores de 75 años (p < 0,001), con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (p < 0,005) e insuficiencia cardíaca (p < 0,01) y enfermos con dos o más factores de riesgo (p < 0,001). No encontramos diferencias entre casos y controles en cuanto a la edad, número de enfermos con insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), diabetes mellitus (DM) ni padecer dos o más factores de riesgo, pero los que ingresaron padecían más de EPOC (OR: 3,6; IC: 2,01-6,45) y tenían más antecedentes de neumonía (OR: 5,24; IC: 2,4-11,14). Los factores que más influyeron en la posibilidad de ingreso fueron: EPOC (OR: 3,67; IC: 1,90-7,13) y antecedente de neumonía previa (OR: 3,88; IC: 1,69-8,95). La estimación de ingresos evitados por la vacunación fue del 59% (OR: 0,41; IC: 0,22-0,79), aunque no disminuyó el número de consultas a su médico ni los días de ingreso.
Conclusiones. La vacunación antigripal parece infrautilizada en pacientes mayores de 65 años con pluripatología en el medio hospitalario. La vacunación parece ser eficaz en cuanto a que disminuye el número de ingresos por descompensación cardiorrespiratoria, incluso en estaciones no epidémicas. Deberíamos insistir en el empleo de la vacunación antigripal en estos pacientes de alto riesgo.
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