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Resumen de El tarro blanco, Tadorna tadorna en el SE español

J. F. Calvo, J. Mas, F.J. García Giménez, I.D. Rebollo, J.M. Ibañez, Francisco Robledano Aymerich, J. L Castanedo

  • El Tarro blanco (Tadorna tadorna) es una de las especies de anátidas más representativa de las zonas húmedas del sureste español, y la única numéricamente importante en algunas de ellas. En la península ibérica la especie ha pasado de ser considerada como invernante ocasional a regularizar su presencia invernal e instalarse con reducidos contingentes reproductores en algunas localidades.

    El sureste de España constituye uno de los principales puntos de invernada del Tamo blanco y, junto con el Delta del Ebro, la única zona donde se reproduce con asiduidad. El presente trabajo reúne un conjunto de observaciones sobre Tadorna tadorna recogidas en dichas zonas durante el período 1976-1986, relativas a la evolución numérica de las poblaciones invernante y reproductora de la especie, junto con diversos aspectos de su biología y ecología. El área estudiada comprende un conjunto de medios inundados situados en las provincias de Murcia (Salinas de San Pedro del Pinatar, Marchamalo y Rasall) y Alicante (Salinas de Santa Pola, Laguna de La Mata y Embalses de El Hondo). Con excepción de la última, de aguas dulces procedentes del río Segura, todas estas localidades poseen características hipersalinas y se hallan sometidas a un aprovechamiento salinero.

    Las zonas húmedas del Sureste español constituyen el segundo o tercer núcleo en importanciade invemada de Tadorna tadorna en la península ibérica, por detrás de las Marismas del Guadalquivir y a un nivel similar al Delta del Ebro. Los datos sobre Tarros blancos invernantes son escasos hasta la temporada 1980-81. Esto puede deberse, en parte, a un reducido esfuerzo prospectivo. No obstante, a partir de este invierno la población se incrementa notablemente; la presencia de los individuos invernantes se hace más regular. Hasta la actualidad, el número total de invernantes ha experimentado importantes oscilaciones, aumentando probablemente cuando los inviernos son más duros en el norte de Europa, pero la tendencia general es ascendente. Las dos principales localidades de invernada son las Salinas de San Pedro del Pinatar y la Laguna de La Mata.

    La primera noticia sobre reproducción del Tarro blanco en el sureste español corresponde a una pareja que crió en 1976 en las Salinas de San Pedro del Pinatar. A partir de 1982 la especie cría también en la Laguna de La Mata, y con menor asiduidad lo ha hecho también en las Salinas del Rasall (entre 1982 y 1984). Santa Pola (como mínimo dos años) y Embalses de El Hondo (sólo en 1985). El número total de parejas reproductoras ha aumentado de 1 a8 entre 1976 y 1985. Por lo general, el aumento del número de parejas nidificantes, y la colonización de nuevas localidades, tiene lugar dos años después de una temporada de importante éxito reproductor, coincidiendo con la madurez de los individuos criados localmente. No obstante, deben producirse fenómenos de inmigración a partir de otras localidades, fundamentalmente la Camarga francesa. Se han detectado jóvenes criados en dicha localidad invernando en diversos puntos del litoral ibérico, y probablemente el incremento del número de invernantes en el sureste, y la presencia de individuos reproductores, en un reflejo directo del éxito de la colonia nidificante del sur de Francia.

    Se ha comprobado la nidificación de Tadorna tadorna en madrigueras de conejo (Oryctolagus cuniculus) en zonas arenosas de la Laguna de La Mata, y existen indicios de la utilización de emplazamientos similares en otras localidades. El número de pollos nacidos por pareja es bajo en relación a las cifras habituales para la especie, siendo rara la realización de puestas conjuntas. La supervivencia de los pollos varía notablemente entre localidades, desde prácticamente el 100% de la Laguna de La Mata, hasta la desaparición de todos los pollos en las Salinas del Rasall en las tres temporadas de cría. La fecha de eclosión parece influir en la supervivencia en las Salinas de San Pedro del Pinatar, donde las nidadas más tardías suelen perderse íntegras por efecto de la presión humana, frente al éxito casi total de las más tempranas. En otras localidades, como las Salinas de Santa Pola, la ausencia de una población reproductora estable se discute en función de la disponibilidad de emplazamientos para el nido y la competencia por éstos con otras especies.


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