Las ciencias sociales han concedido escasa importancia a las ideologías y el patriotismo, aunque a pesar de todo existen interpretaciones de diverso tipo, por ejemplo, marxistas, funcionalistas, o interpretaciones centradas en el carisma. Se discute la emergencia de nuevos movimientos nacionalistas que, tras la II Guerra Mundial, tuvo lugar en Asia y África, concediendo especial importancia a los aspectos étnicos. Se sugiere que la cuestión nacionalista no puede ser explicada satisfactoriamente a partir de enfoques cartesianos o progresistas. Los sentimientos nacionalistas son fuertes, no pueden ser ignorados; así, constituyen la base de muchos constructos sociales y políticos. El problema de la lucha de clases resulta mucho más sencillo que la cuestión del nacionalismo. El principio leninista de autodeterminación podría ser un buen punto de partida para emprender análisis empíricos de la cuestión. Dichos análisis requieren la desmitificación del objeto de estudio ? el nacionalismo -. Los grupos nacionalistas carecen de connotaciones sagradas o carismáticas. La ciencia social, cuyos fundamentos se sostienen en la racionalidad secular, se basta en sí misma para el estudio de dicho fenómeno
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