El bautizo de un niño (heredero o infante) en la corte española fue durante la Edad Moderna una demostración pública del poder del monarca y de la continuidad de la dinastía. Asimismo, fue una ocasión muy importante para la más alta nobleza, puesto que el orden del acompañamiento del bautizo, celebrado tanto en el interior como en el exterior del Palacio Real, fue un espejo de la jerarquía cortesana. El padrino fue habitualmente un familiar del infante, pero en ocasiones se trató de un miembro de la alta nobleza, elegido para este honor, y por ello, puesto de relevancia. Del mismo modo, se honraba a los Grandes que portaban las insignias bautismales. La decoración del palacio y de la iglesia fue también muy interesante, por sus ricos muebles y ornamentos textiles.
The christening of a child (heir or prince-infante) at the Spanish Court was a public demonstration of the king’s power and the continuity of the dynasty. It was also a significant occasion for the nobility, given that the baptismal procession, celebrated both inside and outside the Royal Palace, was conceived as a mirror of the hierarchy at Court. The godfather was usually a relative of the child, but on occasion he could also be a member of the high nobility, selected for that dignity, and thus a very important role. A similar honor was granted to those Grandes de España assigned to carry the ritual objects. On this occasion both palace and church were specially decorated with rich furnishings and textiles.
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