A. Liarte Pedreño, Gabriel Escobar Velando, C. Rodríguez Saura, P. Jiménez-Cervantes Arnao
Uno de los objetivos de este trabajo es la justificación de la parcela terapéutica específica que compete al fisioterapeuta en la disfunción de la articulación temporomandibular (ATM) y de las estructuras y funciones que con ella se relacionan1. Según algunos autores, la patología de la ATM puede situarse en un porcentaje próximo al 20% de la población sana. Otros autores apuntan a que existe una prevalencia de más del 50% de este tipo de disfunciones entre los pacientes que acuden a consulta dental2. Aunque son muchos los casos que van a tener un silencio clínico, bajo determinadas situaciones se va a producir el agravamiento de la situación silente y a desencadenar cualquiera de los múltiples aspectos patológicos de este síndrome. Se ven implicados, y a veces de manera «inconexa», determinados profesionales de la medicina: otorrinos, neurólogos, traumatólogos, y dentro del campo estomatognático: dentistas, odontólogos, así como especialistas en dolor miofascial. Otros profesionales de la salud van a tratar las patologías asociadas con ésta, como son: psiquiatras, psicólogos, logopedas y, motivo de este artículo, fisioterapeutas. En ese amplio marco terapéutico se hace necesario el abordaje interdisciplinar, que debe comenzar por el reconocimiento de las distintas parcelas terapéuticas que confluyen en el entorno de esta patología.
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