¿POR QUÉ YA NO HAY BUENOS DISCURSOS? Soy un convencido del inmenso poder de la palabra. Un discurso bien escrito y bien pronunciado puede movilizar a la gente en torno a principios éticos e ideales elevados.
Un buen discurso puede dar tranquilidad y certeza en una situación de crisis nacional, ayudando despertar el espíritu de unión y solidaridad. Un gobierno puede ganarse (...)
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