El fracturarse del lenguaje en Babel (Gn 11.1-9) es uno de los acontecimientos definitivos que le confiere al lenguaje sus características de estar caído y limitado, según Agustín. Pero, ¿acaso esta situación del lenguaje como caído, implica necesariamente que el lenguaje forme una separación más que un puente, entre lo humano y lo divino? Y si esto es así, ¿se usa en vano el lenguaje para invocar a Dios? Este artículo se plantea estas tres preguntas por medio de un análisis del papel del lenguaje en el relato de ascensión de Agustín en Ostia ( conf. 9, 24) . Según una primera línea de interpretación, el lenguaje crea una separación más que un puente entre lo humano y lo divino en la 'ascensión de Ostia' . Según una segunda línea de interpretación, a pesar de estar fracturado, el lenguaje no crea una separación, sino más bien un puente entre lo humano y lo divino. Este artículo trata de probar la segunda línea de interpretación, identificando y analizando intertextualmente tres facetas de la función del lenguaje en conf. 9, 24,concretamente la gramatical, la ontológica y la modal. La primera parte explora el uso de la expresión "per uerbum" (Jn 1,1-15) en Agustín para analizar la gramática del lenguaje humano y divino. La segunda parte analiza la función ontológica del lenguaje, como un mecanismo de mediación, mostrando que la ascensión de "conf." 9.24 es semejante a la estructura de manifestación que se hace evidente en la transición de la "forma dei" a la "forma serui" (Fil 2, 6-7) en el s.264 de Agustín. Finalmente, la tercera parte muestra que para Agustín la conversión de la "schola superbiae" de orgullo retórico, a la humildad de la "schola pectoris" implícitamente requiere el "modo" del lenguaje como una condición previa al ascenso de conf. 9.24. Como tal, este artículo llega a la conclusión que las tres facetas del lenguaje, a saber, la ontológica, la gramatical y la modal funcionan en el texto de conf. 9.24 para unir, mediar y transformar la experiencia humana de lo divino.
The fracturing of language at Babel (Gn 11.1-9) is one of the defining events which, for Augustine, gives language its current "fallen" characteristics and limitations. But does the "fallen" state of language necessarily imply that language creates a chiasm rather than a bridge between the human and the divine? And if so, is language used in vain to invoke God? This paper addresses these questions through an analysis of the role of language in Augustine's Ostia ascent narrative (conf 9,-24). According to a first line of interpretation, language creates a chiasm rather than a bridge between the human and the divine in the "Ostia ascent". According to a second line of interpretation, though fractured, language does not create a chiasm but rather a bridge between the human and the divine. By identifiying and intertextually analyzing three facets of the function of language in "conf." 9,24, namely the grammatical, the ontological, and the modal, this paper aims at substantiating the second line of interpretation. Part one explores Augustine's use of the expression "per uerbum" (Jn. 1.1.15) to analyze the "grammar" of human and divine language. Part two analyzes the "ontological" function of language as a mechanism of mediation by showing that the ascent in "conf. 9,24 is similar to the structure of manifestation evident in the transition from "forma dei" to "forma serui" (Phil 2.6.7) in Augustine's s. 264. Finally, part three shows that for Augustine, the conversion from the "scholasuperbiae" of rhetoric pride to the humility of the "schola pectoris" implicity requires the "mode" of language as a precondition for ascent in conf. 9,24. As such, this paper concludes, the three facets of language, namely the ontological, grammatical and modal, function in conf. 9,24 to unite, mediate and transform the human experience of the divine.
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