María Gabriela Punin Burneo, Karina Monteros Cueva
En el arte contemporáneo, es posible vislumbrar múltiples manifestaciones creativas en donde la piel posee un rol como punto central de la obra. En el bioarte, la piel se convierte en una herramienta de representación que permite generar nuevos significados y valores interpretativos. El presente trabajo versa sobre los resultados de una experimentación con el microorganismo “Medusomyces gisevi”, modificando sus condiciones físicas y químicas para conseguir una materia prima que permite representar la piel, dentro de propuestas artísticas basadas en las huellas que el dolor y el sufrimiento pueden dejar en los seres humanos.
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