Cava Vitivinícola Domaine de L’Hortus

• Autores: Michèle Orliac-Rinuy, Miquel Batlle-Pagès
• Localización: On diseño, ISSN 1695-2308, Nº. 380-381, 2018
• Idioma: español
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  • Valoración del Jurado: En este proyecto de ampliación de una bodega existente, los arquitectos han adoptado un planteamiento que responde de manera muy sensible e inteligente a los principales factores definidos por el programa: la capacidad de adaptarse a los cambios futuros y la integración en el paisaje natural. Un sistema conciso establece tanto los aspectos formales como estructurales del proyecto, creando una serie de volúmenes largos y bajos parcialmente enterrados para minimizar su impacto visual. El uso de la madera como único material unifica el conjunto y proporciona al proyecto una gran calidad arquitectónica. El envejecimiento gradual de las fachadas de madera se convertirá en parte de los procesos naturales del bosque circundante Hace 25 años en este lugar se instaló una pequeña bodega y una vivienda construidas a partir de una estructura de madera para granja de animales. El proyecto consiste en ampliar la bodega, construir un hangar para tractores, unas oficinas, un restaurante y una nueva vivienda a realizar en 2 tiempos. En la primera fase, la bodega se instala en el hangar y en el edificio de restauración. Se prevé una estructura capaz de adaptarse a estos y otros posibles cambios de uso en el futuro. Arquitectura, paisaje, agricultura y producción de vino se conciben como un todo en el que se busca constantemente la calidad: un enfoque único para componer un trabajo total. ¿Cómo insertar, en este sitio natural excepcional y emblemático de la región de Montpellier, una finca vinícola productiva que necesita grandes edificios agrícolas? ¿Cómo continuar la construcción existente sin añadir excesivo ruido al paisaje? Los nuevos edificios se afinan y se estiran para adaptarse mejor al relieve e inmiscuirse entre taludes y árboles. Con una pendiente favorable hacia el sur, se entierran al norte y se abren al sur con vistas al paisaje lejano.

    Un velo de madera gris cubre fachadas y cubierta con lamas en forma triangular que son orientadas para hacer sombra en verano y dejar pasar la luz y el calor en invierno. El color y la textura de la madera de las lamas se mimetizan con la corteza de los pinos. Desde los picos del Hortus o el Pic Saint Loup, la construcción es totalmente invisible. A través de este velo, el edificio es casi transparente. La mirada lo traspasa, revelando el paisaje de norte a sur.

    El mínimo denominador común de los edificios es un pórtico de madera micro-laminada, formado por dos pilares de 300x39mm, separados 720cm y unidos por una viga inclinada de la misma medida. A partir de esta geometría prestada de la construcción existente, el pórtico es replicado y, junto con los elementos de la cubierta y el cerramiento, constituye el kit básico de la construcción y establece un sistema que atraviesa usos y paisajes. La estructura de los pórticos es soporte de todo lo que necesita ser aguantado: forjados, cubierta, escaleras, cerramientos, carpintería, puertas, estanterías, brise-soleil… Para evitar el recalentamiento arquitectónico, el detalle desaparece. No es que no exista, simplemente está pensado para no ser visto.