La batalla de Balaclava fue el primer combate entre el ejército ruso de campaña, que se mantenía astutamente el este de Sebastopol, y las fuerzas aliadas que protegían su base estratégica en aquella población. Merced a su ventaja en cuanto al número de hombres, caballos y cañones, los rusos aprovecharon la sorpresa causada por su ataque para apoderarse de todos los reductos del perímetro exterior de las defensas, tras lo cual amenazaron Balaclava con su caballería. La heroica resistencia del 93.º de Highlanders pasaría entonces a la historia como la “delgada línea roja”, mientras que la carga, colina arriba, de la Brigada Pesada, sería elogiada por dispersar a un cuerpo mucho más numeroso de jinetes rusos. Estos combates ayudaron a los aliados a ganar un tiempo precioso que les permitió traer refuerzos desde Balaclava y salvaguardar su retaguardia.
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