Madrid, España
El conocimiento científico sobre el destino y los efectos de los contaminantes del agua ha evolucionado considerablemente a lo largo de los últimos años. Hoy se sabe más sobre cuál es comportamiento del medio acuático en que resulta probable encontrar una sustancia y, por tanto, en que es más probable que pueda medirse su concentración. Hasta hace relativamente poco, todos los esfuerzos por parte de las entidades relacionadas con el agua se centraban en la determinación del contaminante primario (persistente), sin prestar demasiada atención a los metabolitos o productos de degradación de dichos compuestos.
La mayoría de los productos que pueden estar presentes en el agua de consumo sólo constituyen un peligro si se produce una exposición prolongada; sin embargo, algunos pueden producir efectos peligrosos tras múltiples exposiciones en un periodo corto. La contaminación de las aguas y suelos con residuos farmacéuticos es un problema medioambiental emergente. Algunos contaminantes emergentes o compuestos disruptores endocrinos (EDC), como productos farmacéuticos y de higiene, están empezando a ser regulados y otros, posiblemente, lo serán en un futuro.
A su vez, la sociedad actual reclama una protección del medioambiente y de los recursos naturales y, en este sentido, la tecnología es clave ya que sin ella (o profesionales capaces de aplicarla) no hay gestión óptima de recursos ni tampoco de los riesgos a que nos exponemos. Las nuevas y recientes reglamentaciones, tanto nacionales (RD 1798/2010, RD 1799/2010, RD 314/2016) como europeas (DOUE 2013/39 y DOUE 2015/1787) en el ámbito de la política de aguas exigen nuevas tecnologías que permitan poder cumplirlas, lo cual tiene inevitablemente una gran repercusión tanto técnica como económica. La importancia que ha adquirido la cromatografía de gases y de líquidos acoplada a detectores de espectrometría de masas radica en que son equipos de extraordinaria sensibilidad y capacidad para identificar y confirmar la presencia de contaminantes antes difícilmente analizables.
La nueva Directiva Europea, modifica las Directivas 2000/60/CE y 2008/105/CE sobre sustancias prioritarias en aguas, estableciendo modificaciones en las Dosis Máximas Admisibles (DMA), un listado de 45 sustancias prioritarias y su identificación como sustancia peligrosa prioritaria.
Se establecen nuevas Normas de Calidad Ambiental (NCA) para sustancias prioritarias y otros contaminantes, siendo más exigentes en 7 de las sustancias ya revisadas y se establecen 12 nuevas sustancias (identificadas recientemente).
Los principales cambios derivados de las nuevas normativas vienen dados por el cumplimiento de los valores paramétricos exigidos y por el aumento, no sólo de las muestras a analizar, sino también de un mayor número de contaminantes a determinar, junto con la adaptación y el desarrollo de nuevos métodos analíticos.
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