En su formulación contemporánea, el delito de conspiración se considera como el acuerdo entre dos o más personas para cometer un delito. Sin embargo, la historia del delito de conspiración se remonta al crimen de instigación de falsas acusaciones, contemporáneo de los propios orígenes de la tradición de common law.
¿Cómo fue posible tal metamorfosis? En este artículo mostraré que la respuesta a esta pregunta por parte de la historiografía inglesa ha estado condicionada por un propósito normativo que prefigura sus propios resultados y precluye así toda posibilidad de rescatar la estructura semántica de la conspiración.
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