El proceso de proyecto debe hacer frente a dos datos iniciales de importancia decisiva: el primero de ellos es la escasa cualificación del entorno en el que debe situarse el nuevo edificio y el segundo es la extensión y complejidad del programa funcional propuesto. El desdoblamiento del volumen requerido en dos piezas construidas exentas permite crear un ámbito exterior de vocación y escala urbana, que dota al conjunto de su propia referencia exterior; esta misma descomposición del volumen general, unida a la presencia de unos amplios sótanos, facilitará la ubicación de los diferentes requerimientos con los niveles de interdependencia e interrelación exigidos. El tratamiento exterior, superando las limitaciones impuestas por una normativa muy restrictiva, confirmará definitivamente el carácter institucional del nuevo edificio.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados