La minería está ligada al desarrollo de las sociedades humanas y los recursos mineros son vitales para numerosas actividades económicas y sociales. La extracción minera implica un uso temporal del suelo, y una modificación topográfica. Las actuaciones de restauración en estos espacios son, por tanto, una actividad imprescindible. Estas modificaciones de la topografía pueden ofrecer interesantes oportunidades a tener en cuenta en los trabajos de restauración.
En la rehabilitación de canteras, una alternativa habitual es la de recrear nuevos ecosistemas con una estructura y funcionamiento diferentes al ecosistema inicial. Dentro de las numerosas iniciativas de restauración, la mejora de hábitats para la fauna rupícola (fauna cuyo hábitat son las paredes verticales de roca y otros materiales) es una de las líneas de investigación menos exploradas. Los ambientes rupícolas se generan inevitablemente como consecuencia de la actividad minera y muchas de las especies rupícolas que los colonizan están protegidas bajo diferentes figuras de conservación.
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