La fotografía fue un instrumento siempre presente en la historia de las instituciones de reclusión, neuro-psiquiátricos y cárceles, como medio de registro y control de pacientes, internos y prisioneros. Inversamente, su disponibilidad y existencia hoy, nos permite conocer las relaciones funciones explícitas e implícitas de esos institutos, rastreando las ideas y los motivos que están de su implementación de esta práctica. El presente trabajo pretende develar esas y otras aristas desde los repertorios documentales, en particular fotográficos, de la Colonia Nacional de Alienados de Open Door, como demostración quizá de los potenciales usos que se puede dar a esas imágenes, que permiten entender lo que dicen quienes afirman “estar en la penitenciaría”.
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