Cuba
El presente trabajo parte de la tesis de que los entes cooperativos, desde su naturaleza flexible, democrática y social pueden implementar, con mayor eficiencia, un mejor tratamiento de género. En Cuba, la introducción de las cooperativas no agropecuarias (CNA)ha generado importantes expectativas en tal sentido. Por tal razón, luego de cinco años de desarrollo de las CNA, conviene realizar un análisis para determinar cuánto se ha utilizado la potencia igualitaria de dichas figuras. Para ello, la exposición se ha centrado en el estudio de la realidad de Pinar del Río tratando, por separado, un conjunto de indicadores que permitirán comprender de forma general hasta dónde se ha llegado en la materialización del enfoque de género.
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