Las especies no presentan una distribución homogénea en nuestro planeta, un fenómeno que ya intrigó a naturalistas de la talla de Alfred Russel Wallace en el siglo XIX. Precisamente Wallace, gracias a sus observaciones, dividió el mundo en seis regiones biogeográficas principales; cada una de ellas alberga una fauna única y combinaciones de especies que no se observan en otras zonas de la Tierra. Ahora la ciencia ha logrado identificar qué factores determinan las diferencias entre las zonas biogeográficas, pero señala que los límites de estas son cada vez menos claros debido a los efectos de la actividad humana, incluido el calentamiento global.
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