Se estima que el 82 por ciento de los genes de los mamíferos se expresa con un patrón cíclico de subidas y bajadas, lo que significa que la biología tiene una faceta horaria. El abanico de implicaciones para la medicina es muy amplio. Entre los 100 fármacos más corrientes, 56 actúan sobre proteínas que se expresan rítmicamente. Por lo tanto, es importante la hora a la que se administran. En el campo emergente de la cronomedicina se están investigando diversos tratamientos horarios de enfermedades como el cáncer y la artritis reumatoide para elevar al máximo su seguridad y eficacia. El estudio personalizado de los ritmos circadianos podría demostrar que el momento óptimo del tratamiento es diferente para cada persona. La cronomedicina todavía no ha llegado a la práctica clínica.
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