A lo largo de la historia, varios científicos han defendido que las matemáticas constituyen una lengua propia. De ser el caso, sus ideas no deberían depender del lenguaje ordinario para poder expresarse. Los símbolos matemáticos han evolucionado a partir de las palabras; sin embargo, su naturaleza parece ser muy distinta de la de estas. Algunas áreas específicas de la matemática ya han conseguido dotarse de lenguas simbólicas. Hoy los matemáticos usan lenguajes pictóricos para pensar de manera más profunda sobre preguntas fundamentales. Esa evolución sugiere que las matemáticas podrían ser más generales que cualquier lengua ordinaria que trate de expresarlas.
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