La isla de Mallorca cuenta con una tradición híbrida, fruto de los asentamientos de diversos pueblos del Mediterráneo a lo largo de la historia. Esta tradición queda patente en numerosos elementos como, por ejemplo, en una de las fiestas más populares de la isla: la de Moros y Cristianos, que tiene lugar cada 2 de agosto en la localidad de Sant Elm, cerca de Andratx. Esta fiesta ha ido evolucionando a lo largo de las distintas épocas históricas que ha atravesado la isla y ha sido objeto de varios intentos de apropiación institucional que, en todos los casos, han buscado la participación de la sociedad civil. El modelo etnográfico aquí propuesto nos permite comprender cómo se han ido conjugando en un pequeño espacio las diversas tradiciones y los intereses políticos que han dominado cada época histórica.
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