Desde hace algunos años he venido sosteniendo que la producción de conocimientos es un desafío ético para el Trabajo Social. Hoy en el contexto del lanzamiento de la Revista Pensamiento y Acción Interdisciplinaria de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica del Maule, junto con felicitar el surgimiento de esta nueva publicación periódica del trabajo social chileno, que no me cabe duda será un referente disciplinar tanto en Chile, como en América Latina, quiero ratificar tal idea: la producción de conocimientos es un desafío ético para el trabajo social. Tal desafío se concreta en la necesaria rigurosidad, reflexividad y criticidad con la que se producen conocimientos que otorgan al Trabajo Social no solo pertinencia y calidad de su intervención social, sino además potencian el propio avance disciplinar y de las ciencias sociales en general.
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