La muerte reciente se Agnés Varda, poco después de que su última película fuera presentada en el festival de Berlín, nos deja penosamente huérfanos, porque su figura y su cine son irremplazables. La autora de "Caras y lugares" nos enseñó que se podía hacer un cine ligero de equipaje, gozosamente libre, vagabundo, sensible y humilde a la vez, capaz de registrar los movimientos más imperceptibles de la vida y de la sociedad sin dogmas ni petulancia. Nunca dejaremos de echarla de menos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados