Al contrario de lo que generalmente se cree, las emociones no son ni positivas ni negativas; más bien actúan como la más poderosa fuente de energía humana, de autenticidad y empuje, y ofrecen un manantial de sabiduría intuitiva”. (Cooper, pág. XIV). Este autor, en estudios e investigaciones realizadas resalta el papel ejercido por las sensaciones, las cuales suministran cada minuto del día una información vital y potencialmente provechosa. En este orden de ideas, Cooper en su texto La Inteligencia Emocional aplicada al liderazgo y a las organizaciones señala: Esta retroinformación (del corazón, no de la cabeza) es lo que enciende el genio creador, mantiene al individuo honrado consigo mismo, forma relaciones de confianza, ofrece una brújula interna para la vida y la carrera, nos guía hacia salvarnos o salvar nuestra organización del desastre. (pág. XIV). De los conceptos emitidos se analiza, igualmente, que la Inteligencia Emocional debe aprenderse a reconocer y valorar.
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