La participación de los jesuítas en el movimiento de investigación acerca de los fenomenos eléctricos durante los siglos XVII y XVIII en Europa ha sido estudiada por J. L. Heilbron. A mediados del siglo XVII existía en la Compañía una vigorosa tradición de investigaciones sobre magnetismo y electricidad que incluía a Niccoló Cabeo y al círculo del Colegio Romano establecido alrededor de Athanasius Kircher, dentro del cual sobresalieron Gaspar Schott y Francesco Lana, además de autores no jesuítas como Tomaso Comelio y el mínimo Emanuel Maignan. La influencia jesuíta en física experimental disminuyó durante el siglo XVIII debido a la creciente vitalidad de las academias nacionales y las universidades seculares, aunque jesuítas en territorio de misión se dedicaban a estudios eléctricos. Por ejemplo, en 1750 Joseph Amiot y los jesuítas de Peking recibieron una maquina electrica enviada desde San Petersburgo con la cual efectuaron experimentos cuyos resultados fueron comunicados a la Academia de San Petersburgo en 1755. Este panorama debe tenerse en cuenta en el momento de examinar los experimentos sobre electricidad animal que llevó a cabo el misionero Ramón Mana Termeyer S.J. en el Río de la Plata hacia fines de la decada de 1760.
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