La urbe ha sido siempre un lugar privilegiado para la constitución de la comunidad cristiana. La cercanía física de las personas y la diversidad de sus vínculos y relaciones de parentesco, vecindad, de identidad cultural, que en ella se dan, posibilita el surgimiento de una amplia gama de intercambios humanos y sociales, como son los que brindan las relaciones de amistad, de trato económico, comercial, político, artístico y también religioso.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados