El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas en París se convertía en el escenario de un momento histórico. Se proclamaba la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un texto que debía sentar las bases de los derechos elementales en todo el planeta. El comité que se encargó de redactar un texto de tal envergadura estuvo liderado por Eleanor Roosevelt, una mujer de sesenta y cuatro años, exprimera dama de los Estados Unidos que se había ganado el respeto de todos. Setenta años después de la aprobación de este documento que sentó las bases para la firma de tratados internacionales que garantizaran unos derechos fundamentales para hombres y mujeres, recordamos a la figura de aquella mujer que dedicó toda su vida construir un mundo mejor.
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