Con el lunar –negrísimo– de Madrid, Pedro Sánchez cierra el ciclo electoral en una posición hegemónica. Los resultados del 26-M enfrían las expectativas de Pablo Iglesias de articular un gobierno de coalición y, además, le permiten señalar las contradicciones de Albert Rivera por su apoyo a Vox, con la esperanza de que los naranjas apoyen a los candidatos socialistas en varias comunidades y ayuntamientos. Eso en casa, porque recién estrenado su papel como líder ‘in péctore’ de la socialdemocracia europea, Emmanuel Macron le corteja para articular una alianza que ejerza de contrapeso a Angela Merkel y al PP europeo. Eso sí, todavía tiene por delante dejar atada y bien atada su investidura.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados