El 31 de marzo de 1519 en la imponente fortaleza de Amboise, la reina Claudia daba a luz a Enrique, su segundo vástago. A su lado se encontraba una de las damas de la corte y amiga íntima, Diana de Poitiers. Esta joven hermosa fue quien sostendría por primera vez en sus brazos al que terminaría convirtiéndose en el Rey de Francia... y en su amante. Pocas semanas después, el 13 de abril, en el Palacio de los Médici de Florencia nacía Catalina, quien acabaría siendo la esposa de Enrique y reina de Francia. Catalina, Enrique y Diana formarían una relación de a tres en la que el amor, el desconsuelo y la venganza se repartirían la partes iguales.
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