Una de las dinámicas que caracterizaron la vida de los estados europeos en el periodo de entreguerras fue la movilización política de las masas, cuyo origen habría que buscar en la Gran Guerra y la Revolución rusa. Aunque España no se vio implicada en estos procesos directamente, sus consecuencias sí afectaron a nuestro país, sobre todo las del segundo, que en palabras del teórico marxista Karl Kautsky, provocó el “desencadenamiento de la guerra civil en el mundo durante una generación”. Esta dinámica movilizadora alcanzaría su máxima expresión durante la Segunda República (1931-1936), periodo en el que también se produjo un proceso de “brutalización” de la vida política; concepto definido por Kautsky y desarrollado académicamente por Mosse. El punto álgido de este proceso se alcanzó entre el 16 de febrero y el 17 de julio de 1936, cuando se produjeron 351 víctimas mortales por violencia sociopolítica.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados