Entre las fuerzas acumuladas por el Ejército Popular para la ofensiva de julio de 1937, que a posteriori se quedaría en la batalla de Brunete, descollaba por su importancia la Brigada de Tanques (o de Ingenios Blindados) cuya organización había comenzado el general Pavlov a finales de 1936. Disponía esta de 130 carros de combate, todos ellos del modelo T-26B soviético, y medio centenar de blindados, sumando a los muy pocos BA-6 y FA-I que les quedaban de los suministrados por la Unión Soviética en 1936 los nuevos ZIS/3HC (mal llamados UNL-35) construidos en los astilleros de la Unión Naval de Levante: unos autoametralladoras, armados con dos de estas máquinas, inspirados en el FA-I soviético al que mejoraban en buena medida. Mientras, sobre la lucha en el aire, Frank Glasgow Tinker, piloto de I-15 “Chato” e I-16 “Rata” o “Mosca” en la aviación republicana, escribió en sus memorias, Some still live, sobre su actuación en España que “fue la introducción sorprendente del Messerschmitt Bf-109, más que ningún otro factor aislado, lo que convirtió la ofensiva republicana de Brunete en una inmovilización pírrica que no hubo manera de evitar. Las pérdidas fueron tremendas”.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados