El futuro de la política española está en manos del tribunal que lidera el juez Manuel Marchena, a quien corresponde ahora dictar sentencia a los doce procesados por lo sucedido en Cataluña en octubre de 2017. La vista ha concluido con la Fiscalía manteniendo, contra viento y marea, la acusación de rebelión, ante la discrepancia de una Abogacía del Estado que rebaja los delitos a la categoría de sedición, que aun así también contempla duras penas de prisión. Los acusados y sus defensas, aun asumiendo que ha habido desobediencia, han instado a que el conflicto vuelva al ámbito de la política, advirtiendo de que una sentencia muy dura puede provocar una nueva radicalización del conflicto en Cataluña.
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