Según Ferlosio (2010)1 la cultura en general, y especialmente la cultura de estadio, ha sido siempre, de manera congénita, un instrumento de des-subjetivación política y de control social. Así, los Juegos Olímpicos, Panamericanos, Suramericanos (…) pasan de signo a símbolo… dejan de ser una serie de deportes, de implementos, de escenarios, de personas, de países… dejan de ser número natural y aparecen como una construcción social que configura ESPECTÁCULO; recipiente de mensajes, de propaganda puesta en escena, de competencia cargadas de ideas, de política, de ideología, de ocultaciones y visibilizaciones, de encuadres, clasificaciones y enmarcaciones interesadas que se impulsan con patrocinio y subsidio de nuestro bolsillo, impuesto que se coloca al servicio de una institucionalidad gubernamental que no siempre responde a los intereses de los más.
According Ferlosio (2010) 1 culture in general, and especially the culture of the stadium, has always been so congenital, an instrument of de-subjectification political and social control. Thus, the Olympics, Pan American, South American (...) go from sign to symbol ... no longer a series of sports, tools, scenarios, people and country ... stop being a natural number and appear as a social construction SHOW sets; container messages, pro ¬ staged propaganda, full of ideas competition, politics, ideology, occultations and visible, of frames, classifications and framing concerned to drive with our sponsorship and pocket allowance, tax is placed at the service of a government institution which does not always respond to the interests of the majority.
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