La autorregulación se refiere a la capacidad del niño para modificar su conducta según las demandas del entorno. Esta presenta una gran influencia en el desarrollo infantil, especialmente en el ámbito social. Desde una mirada evolutiva, la autorregulación, como característica temperamental, depende de factores tanto biológicos como contextuales, donde las figuras parentales juegan un rol determinante. En el siguiente estudio se analizó la relación entre la sensibilidad de la madre cuando el niño tenía 12 meses y su autorregulación tanto a los 12 como a los 30 meses de edad, para analizar si la sensibilidad materna predice la autorregulación infantil a los 30 meses. Además se incluyeron variables del contexto familiar, como tipo de familia, tipo de hijo y NSE. La muestra incluyó 72 diadas madre-hijo, con un diseño descriptivo, longitudinal, comparativo y correlacional. Se aplicó la Escala de Sensibilidad del Adulto (E.S.A.), un cuestionario sociodemográfico y los cuestionarios de temperamento IBQ-R-VSF y ECBQ-VSF. Los resultados muestran una relación significativa entre la autorregulación de los infantes a los 12 meses, con el tipo de hijo que el niño es, y la interacción entre NSE y sensibilidad de las madres. A los 30 meses en cambio, además de la autorregulación a los 12 meses, solo resulta ser un predictor significativo el tipo de hijo. Se discuten las implicancias de los resultados.
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