Se plantea en este trabajo que Páginas de un diario de Lily Iñiguez rompe con la complicidad absoluta entre el diario íntimo y la cotidianidad, permitiendo la emergencia de una tensión que define toda la organización de sus significaciones. Esta tensión no es otra que la dada por el cambio de estatuto del diario a la obra: el diario existe en el espacio de lo íntimo, la obra corresponde al ámbito de lo público. Esto, en caso alguno es producto de una estrategia; más bien es la resultante de la agonía del sujeto de la enunciación. Es la muerte quien, en última instancia, permite la separación definitiva entre diario y obra, reforzando además la connotación de espacio íntimo del diario.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados