Los elevados niveles de eficiencia operativa, beneficios y valoración que experimentaron los bancos en los años previos a la crisis suscitan dudas razonables sobre el contenido informativo de las medidas de desempeño convencionales en su uso para la evaluación de la eficiencia en la intermediación bancaria. Este trabajo estima la productividad de los bancos españoles a nivel individual, basándose en la metodología de Olley e Pakes (1996) y Levinsohn y Petrin (2003), para corregir por el sesgo de simultaneidad. A partir de esta, estima el crecimiento de la productividad agregada en el sector bancario español. Asimismo, el trabajo analiza las contribuciones al crecimiento de la productividad de dos tipos de factores: las prácticas bancarias que han sido señaladas como causas directas de la crisis y el progreso técnico en el sector. Los resultados muestran que dos terceras partes del crecimiento estimado de la productividad en el período 2000-2007 son atribuibles a cambios en las prácticas bancarias, tales como: la expansión del mercado de la vivienda, el elevado recurso a la titulización de activos y a la financiación a corto plazo, así como el proceso de apalancamiento en los balances bancarios. El restante 2,8 % se interpreta como el progreso técnico estimado para el sector en el período analizado, similar al estimado para el período 1993-2000.
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