La ciencia es a veces como un campo de batalla, donde se avanza y se retrocede, e incluso se cometen errores. Son muchos los grandes científicos que han aportado notables ideas, por las que después han sido reconocidos y valorados, pero también se han cometido equivocaciones que ahora parecen sorprendentes. Lord Kelvin, un científico británico conocido sobre todo por su escala de temperatura, fue uno de los mejores de su tiempo, pero aún se recuerdan algunos de sus deslices.
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